jueves, 7 de febrero de 2013

Cuento de la CDU



Una joven bibliotecaria preguntó a su profesor de biblioteconomía por qué los bibliotecarios, gente de letras en general, habían escogido un sistema numérico –la clasificación decimal universal- para organizar los fondos de las bibliotecas en muchos países del mundo.

El profesor contestó: Es cierto, querida alumna, que se usan cifras para indicar las distintas materias que tratan los libros; pero eso no quiere decir que el sistema sea “de ciencias”. Por el contrario, es profundamente humano y tiene mucha relación con la historia de la humanidad, como vas a ver:

Al principio no había nada. En vez del mundo que hoy conocemos, había una especie de masa sin forma. Eso corresponde en el sistema decimal universal al número 0, en el que se ordenan las generalidades, es decir, la masa informe, lo que no cabe en otros números, el “cajón de sastre”.

Enseguida algo se puso en movimiento, una especie de pensamiento universal…y los principios de la humanidad empezaron a organizarse. A este momento corresponde el 1, que agrupa la filosofía, la ética, la lógica, la psicología,… es el momento en el que el hombre empieza a destacar como ser racional, diferente de los animales.

Este animal racional siente la necesidad de un ser superior que haya creado todas las cosas. Para esto entra en funcionamiento el 2 en el sistema decimal universal, que trata de Dios, de las religiones y de las creencias.

Una vez resueltos esos dos puntos, el pensamiento racional y el sentimiento religioso, el hombre necesita organizarse y aparece el 3, que engloba las ciencias sociales: el derecho, la educación, la sociología,…todas las disciplinas que ayudan al hombre a vivir en sociedad.

La siguiente novedad es el lenguaje. Unos seres que viven en sociedad tienen que buscar un mecanismo para comunicarse, para esto la C.D.U. adopta el 4, que contiene lenguas, gramáticas, léxicos, diccionarios,…Sin embargo, este número fue modificado y, hoy, salvo Cataluña, que sí usa el 4, la lengua está clasificada en el 80.

Ya con la importante herramienta de la lengua, el hombre empieza a investigar. Creo que primero las ciencias puras: matemáticas, física, química,…que componen el 5.

Luego aplica esas ciencias creando la medicina, la ingeniería, la agricultura,…que la C.D.U. incluye en el 6.

El siguiente paso del hombre es hacia las artes: arquitectura, pintura, música,…que lógicamente nacen cuando las necesidades fundamentales están cubiertas, para lo que se crea el número 7.

Con el mundo creado y bien organizado, el hombre empieza a imaginar otras realidades y a evadirse a través de las palabras, dando lugar a otro arte: la literatura, para el que la clasificación decimal universal dedica, en exclusiva, el número 8 y en él se abarcan las creaciones literarias de todos los tiempos.

El final no puede ser otro que el de escribir la propia historia. El hombre ha organizado el mundo que le rodea, incluso ha fabulado mundos paralelos. Ahora tiene que dejar constancia de todo lo que ha hecho, de lo que ha viajado, de lo que ha descubierto. La C.D.U., para esta fase, tiene el 9. En él están comprendidas la geografía y la historia.

Aquí acabó la exposición del viejo profesor.

La bibliotecaria quedó impresionada por la explicación y ya nunca más pensó en la C.D.U. como un sistema “de ciencias”. Le quedó claro que en ese sistema se contemplan todas las facetas humanas.